Hola a tod@s,
Hoy queríamos hacer una pequeña reflexión sobre el reciente concurso Eurovisión 2017 y toda la controversia que se ha producido en torno a la participación española, y por supuesto, alabar el regalo en forma de canción que nos ha hecho el representante portugués, merecido ganador a nuestro criterio.
Yendo al grano y sin tapujos, diremos que vivimos un entorno cultural bastante superficial en nuestro país, lo cual no queire decir que seamos incultos, sino que el enfoque que tenemos de la cultura y del arte carece de su auténtica dimensión, y pasamos a explicarnos con un ejemplo.
Era frecuente escuchar al ver un cuadro de Miró por ejemplo, las palabras "eso lo hace cualquiera" o "le das un pincel a un mono y lo hace mejor". Estamos valorando el arte en su dimensión más superficial, la de la técnica y ejecución, evidentemente necesaria, pero que corresponde más a los valores mundanos de esfuerzo, sacrificio, disciplina... De carácter social e incluso con tintes de una educación religiosa.
En ese marco nos encontramos artistas "tensos", ejecutores de buenas maneras, apropiados y políticamente correctos, insertados en un sistema de valores, lo hace bien o mal. Pero es eso un artista?
Un artista es un aventurero de sí mismo, que se descubre a través de cualquier arte y llegando al oasis de su libertad de expresión, comparte los frutos de su viaje. Estos frutos podrán ser o no apreciados en función del estado vibracional de la obra y el observador, pero limitarse a un juicio técnico priva al observador de la experiencia del arte. Un ser humano descubriéndose a sí mismo y encontrándose en el mismo lugar que otro, trascendiendo su historia para coincidir en un presente en el que artista y espectador se hacen uno.
Más allá del tongo o no tongo de la elección de nuestro representante, hecho irrelevante para esta argumentación, no podemos negar que ha cumplido perfectamente con su papel, el artista prototipo de nuestra sociedad, pues además llevamos viviendo así este concurso desde hace bastantes ediciones, con contadas excepciones, pero con una tendencia que tocó techo con El Chiquilicuatre, recordemos elegido por votación popular. El "gallo" con el que nos ha obsequiado este chico es ya el paradigma de lo obvio, es la representación de un país que vive el arte desde el cotilleo de la vida de los artistas y los usa para proyectar sus propias miserias, y esto es aplicable para todos los personajes públicos, políticos incluidos.
Háganse valientes, canten, bailen, disfrútense, viajen hacia sí mismos y luego compártanse. Verán como no les queda hueco para cuchichear ni reírse de nadie en el goce de su existencia. Hagan como Sobral, vivan con el corazón.
Un deseo para terminar: que no necesitemos personas externas que muestren nuestras carencias para aprender, que nos hagamos cargo de nosotros mismos. Háganlo por su amor y que ese amor sean ustedes mismos: Do it for your lover!
P.D. Manel, potente aprendizaje el que te ha tocado. Gracias por el humor