¡Hola de nuevo! Hoy queremos hablaros de nuestras felicitaciones cantadas a domicilio, o Felicitasong, como nosotros las llamamos. Un formato de música en vivo que inicialmente se nos ocurrió para darnos publicidad y posicionarnos en Google, y que finalmente ha sido una experiencia profesional maravillosa, con unas experiencias de lo más emotivas y a la altura de la práctica de deportes de riesgo.
Consiste en lo siguiente: Alguien desea felicitar a otra persona por el motivo que sea (generalmente su cumpleaños), y bien porque conoce los gustos musicales de esa persona, o porque quiere transmitirle un mensaje concreto a través de sus letras o los recuerdos que le van a evocar, nos contrata para cantarle en vivo dos canciones de su elección, además del consabido cumpleaños feliz si procede.
En su formato básico (y más habitual), un cantante acude al lugar convenido con un altavoz portátil autoamplificado y pistas de música pregrabadas de gran calidad, bien adquiridas para la ocasión, bien grabadas con nuestros músicos. El cantante canta sobre estos acompañamientos con o sin micro, según el género de las canciones elegidas o las condiciones acústicas. ¿Cómo suena? Pues he aquí un ejemplo:
Todo en Viva Voz & Friends es personalizable hasta el infinito y más allá. Y en vez de un cantante puede ser un instrumento, como por ejemplo:
O un cantante y un instrumentista con letra personalizada:
O un tema muy especial o significativo versionado para la ocasión:
O una composición instrumental original:
O una composición con letra y música originales:
O cualquier idea que se os ocurra. Tenéis todo tipo de voces e instrumentos al servicio de vuestra creatividad. Las felicitaciones cantadas a domicilio han de tener un sabor fresco y absolutamente personal.
Por muchas tablas que uno tenga y muy curtido que esté en mil escenarios, el hecho de cantarle a alguien en primera persona siempre es intimidante, más aun si es un desconocido y además se hace en un lugar público como nos ha sucedido en muchos casos, convirtiéndonos en atracción para paseantes y curiosos. Llegar a fiestas donde nadie te espera, lugares de trabajo como sucursales bancarias, aeropuertos, estaciones de tren, restaurantes, terrazas... Identificar a la "víctima" y generar ese instante de sorpresa que se transforma en emoción, llanto, risas... Gratitud por sentir y hacer sentir.
Lo que en inicio fue una idea comercial y publicitaria, se ha convertido en seña de identidad y en una manera de trabajar. Os animamos a regalarnos por doquier y hacer de una felicitación, un instante mágico. Nos vemos por sorpresa, hasta pronto.